Faltaban pocas horas para el cierre del mercado de fichajes, cuando una bomba, de la que se rumoreó su existencia días antes, explotó definitivamente el pasado lunes. Mesut Özil, el 10 madridista, ese jugador con una técnica exquisita y que se ganó el cariño del Bernabéu, pasó reconocimiento médico en Múnich el lunes por la mañana, para así aceptar una oferta del Arsenal.
El internacional alemán ha dejado en las arcas del club blanco 50 millones de euros, el traspaso más caro realizado por la entidad que preside Florentino Pérez, superando así los 43 millones que pagó el Manchester City por Robinho. ¿A santo de qué el Real Madrid vendió uno de sus jugadores con más talento el último día de mercado? ¿Sería por las escasas opciones que vio el teutón de jugar con las llegadas de Isco e Gareth Bale a Chamartín?
Pese a que el nuevo jugador gunner asegure que fue por la poca confianza que le mostró Carlo Ancelotti, y que él mismo cinco días antes dijo públicamente que deseaba quedarse, mi humilde opinión va por otro lado, y todo ello tiene un protagonista: Mustafa Özil, padre y representante de Mesut, quién como la mayoría de padres que asesoran a sus futbolistas, aconsejan mal a sus hijos, siempre futbolisticamente hablando. Véase en el caso de Gonzalo Higuain sin ir más lejos. ¿Cuantos millones de comisión ha cobrado el padre de Neymar en su fichaje por el Barcelona? Las cifras de las que se hablan son de sueldo de futbolista galáctico.
Durante estos tres últimos años, Mustafa ha visitado más de una vez las oficinas del Santiago Bernabéu para pedir un aumento de ficha para el magnífico mediapunta alemán. Y lo cierto es que en estas últimas semanas, las relaciones entre el club y el jugador se enfriaron debido a una nueva negativa de Florentino a mejorar el sueldo del germano, quien a través de su padre solicitó ganar casi ocho millones de euros anuales, dos más de los que percibía hasta ahora. Tras ese enfriamiento de relaciones, llegó la oferta del Arsenal, que aprovechando la tensión entre ambos, decidió poner 50 kilos encima de la mesa y así llevárselo para convertirse en la nueva estrella del Emirates.
Özil ha sido durante estas tres temporadas en el Madrid un futbolista intermitente, con una calidad enorme, pero a la vez con carácter débil y con falta de ganas en los partidos y entrenamientos, algo que sí, por ejemplo ,tienen Isco y por supuesto Cristiano, quienes son al fin y al cabo los que te hacen ganar los títulos. Mientras en la capital de España la afición y algunos de sus antiguos compañeros se dividen en si es una buena venta o no, en Londres ya cuentan las horas ansiosamente para ver el debut de su nuevo número 11. Desde aquí nosotros solo podemos decir: Glück Mesut!
Leo Comanche
8 septiembre, 2013 at 21:08
Puede ser que el padre haya influido, pero ozil iba a jugar poco y encima es culé… me alegro de que lo hayan vendido